6. Destino detrás de las tinieblas
Al
acabar el combate, Kher entregó el mapa a Lía; nosotros marchamos a descansar.
A la
mañana siguiente llamaron a la puerta de la casa que nos dejó Kher, Grown se
levantó a abrir.
-Hola,
me han dicho que Kayla está hospedada aquí- Se oyó decir a una voz femenina
Me
acerque a la puerta y vi a Lía frente a ella. Me quede un poco en blanco ya que
no la esperaba, en esos momentos sentí miedo y también esperanza. Fui hacia
donde ella.
-Hola,
¿querías algo? -La pregunte
-Veras,
sé que te trate desagradablemente pero no quiero tener enemigos así que, para
que me perdones, te he traído esto.
Mientras
me decía esto me mostró el mapa con intención de dármelo; Grown iba a cogerle
pero le detuve.
-Solo
con el mero hecho de venir hasta aquí ya estabas perdonada, guarda el mapa, te
pertenece.
-No,
yo no lo necesito para nada, quiero que vosotros cojáis el mapa y encontréis
vuestro destino.
Al
final acepté el mapa e invitamos a Lig a quedarse un rato con nosotros.
-El
mapa llevara a aquel, que lo tenga en sus manos, hacia el lugar que más desea
-nos explicó Lía.
Al
atardecer Lía se marchó y nosotros empezamos a preparar nuestro viaje.
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Habíamos
salido aquella mañana temprano, llevábamos un cuarto de camino andado, con el
mapa en mis manos. Para llegar al territorio de los elfos oscuros tendríamos
que pasar por la cueva del dragón negro más famoso de aquellas tierras; la
leyenda contaba que solo unos ojos llenos de sinceridad romperían el hechizo
que le rodeaba. Habría que pasar también por la montaña de los lobos, tras ella
hallaríamos nuestro destino, “destino detrás de las tinieblas” (pensé en mi
interior).
Kayla caminaba a mi lado en silencio,
disfrutando del paisaje.
-Kayla,
¿qué te parece si paramos allí para comer? –dije señalando a una senda que
salía del camino, terminando en un círculo con piedras.
Paramos
a comer y a descansar un rato, luego seguimos andando hasta que el sol se
ocultó, que montamos el campamento en otro apartado del camino y dormimos hasta
el amanecer.
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Nos
levantamos al amanecer, ya descansados, aligeramos el paso a medida que avanzábamos
ya que todos teníamos ganas de llegar a nuestro destino. Pronto llegaríamos a
las famosas cuevas del dragón negro.
-Rowland,
si no podemos convencer al dragón, ¿qué será de nosotros?-durante toda la
mañana había estado buscando respuesta a aquella pregunta, pero aquel mundo era
nuevo para mí y no conocía nada sobre dragones.
-Si
eso pasa, quiero que tú y Grown corráis hasta salir de ese lugar. Este era mi
viaje y no dejaré que nadie muera en el camino-dijo Rowland parándose para
responder.
-No
respetaré tu decisión-dije rotundamente-seguí andando decisivamente
Al
final de la tarde llegamos a la entrada de un campo rocoso y con poca
vegetación, en el que predominaban las cuevas. Había tres cuevas grandes y al
final, de aquel extenso terreno, se encontraba la cueva del dragón que daba
paso a las montañas de los lobos.
Nos
paramos a formar el campamento en una de las cuevas, retornaríamos el viaje al
amanecer para llegar para llegar a mediodía a la cueva del dragón.
Grown
descansaba bajo su manta, hecha a mano, Rowland y yo calentábamos nuestros pies
y manos junto a la pequeña hoguera que habíamos formado.
-Rowland,
¿por qué tienes poderes distintos a los de tu gente?, ¿por qué tus padres te
rechazaron?-pregunte después de un largo silencio.
La
verdad, desde que empezamos el viaje esa pregunta rondaba por mi cabeza; sabía
que Rowland tenía poderes especiales, distintos a los elfos lunares, según
Grown el control del agua en todos sus estados, como los elfos marinos; sabía
que sus padres le rechazaron, pero no sabía por qué.
Después
de un rato sin respuesta intuí que Rowland no respondería a esa pregunta así
que me resigne.
-No
importa que no respondas…-le interrumpí levantando la mano
-Como
sabes tengo poderes de los elfos marinos, y no de los sencillos, nada menos que
el control del agua en todos sus estados, pues eso me pasa porque mi abuela era
una elfa marina, mi abuelo se enamoró de ella cuando era joven y tuvieron a mi
madre-dijo serenamente
-Vaya,
pero si tu madre sabía que era elfa marina, ¿por qué te rechazo?-digo
intrigada.
-Mi
madre a diferencia de cómo eran mis abuelos es envidiosa y posesiva, ella
siempre tiene que hacer lo que se considera normal. Cuando mi madre era aún
adolescente se fue de casa porque quería tener una familia “normal”. Cuando me
tuvo sabía que había un 50% de posibilidades de que saliera elfo marino; un día
al acercarme al agua el agua empezó a moverse y a crear formas que me protegían
de todo aquel que se acercaba a mí, entonces mi madre supo cuál era mi raza y
me mandó con mi abuelo-dijo, triste al decir las últimas palabras.
La
historia me emociono, algunas gotas cayeron de mis ojos, pero esa historia
tenía su parte bonita, Rowland tenía todo el agua a su favor, las aguas le
protegían y eso era especial.
Pronto
la noche calló sobre nosotros como dulces gotas de lluvia
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Durante
todo el camino hacia la cueva del dragón había ido pensando en la noche
anterior, nuca había contestado a esas preguntas, pero había sentido la
necesidad de responder a Kayla.
Cuando
tuvimos la cueva a la vista Grown se entusiasmó, lo cual me saco de mis
pensamientos.
-¡Mirad!,
la cueva, enseguida llegaremos-dijo Grown saltando de alegría.
Kayla
y yo reímos también llenos de entusiasmo
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Cuando
entre a la cueva me quede unos minutos parada, observando mí alrededor; cuando
me dijeron que teníamos que entrar en una cueva, pensé en un lugar oscuro, húmedo
y lleno de murciélagos, pero parecía que aquel mundo, aparte de fantásticas
criaturas también escondía paisajes espectaculares.
Las
paredes de la cueva estaban hechas de minerales oscuros y brillantes, el suelo
era sólido y estaba hecho de una roca que parecía cristal, además la cueva
estaba iluminada por una extraña razón, que desconocía; esa luz hacia que la
cueva hacia parecer que estabas en un auténtico cuento de princesas.
Caminé
junto a Grown hacia el interior de la cueva, Rowland, que parecía más seguro
iba delante deslizándose como una sombra; miré su andar y su forma tan bella de
deslizarse, mientras pensaba que pensaría de mí.
-¿Por
qué no se lo dices?-me pregunta Grown repentinamente
-… ¿Decir?...
¿Qué hay que decir?-pregunte todavía pensando en Rowland
Grown
se plantó frente a mí haciendo que mis pensamientos se desvanecieran. Miré
hacia abajo donde Grown se subía a una roca para hablar mejor conmigo. De
repente caí en la cuenta de que Grown
sabía lo que sentía por Rowland, mis ojos se abrieron como platos.
-Vaya
por fin despertaste del embobamiento-dijo Grown gracioso
-¡Olvídalo!,
haz como si no supieras nada-dije mientras me disponía a andar firmemente.
Grown
me paró con su diminuta mano.
-¿Por
qué te niegas a reconocerlo?-dijo Grown más serio
Volví
la cabeza ignorando las palabras de Grown.
-Bueno
como quieras, pero te vas a arrepentir- decía mientras se baja de la roca.
Grown siguió
andando, mientras yo me quedé parada pensando en sus palabras
-¡Espera
Grown!-digo alcanzándolo-¿Qué voy a ganar diciéndoselo?, si pronto tendré que
volver a mi casa-dije llena de tristeza
-Kayla,
¿Qué, qué vas a ganar?, todo son
ventajas, puede que un día te tengas que ir, pero hasta entonces, ¿vas a estar
sufriendo?-dijo Grown sincero.
Al
final del camino, que Grown y yo veíamos
de la cueva, apareció Rowland.
-¿ha
pasado algo?-dijo Rowland preocupado-Vamos, cerca está el dragón, se nota en el
aire-dijo al ver que todo estaba bien.
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Kayla,
Grown y yo observamos al dragón desde una pequeña entrada. Su pelaje era de un
negro intenso, parecía que tenía incrustados diamantes en su piel, sus patas eran
robustas y uniformes, que contenían unas garras negras como el carbón.
-¿Habéis
visto?, cuando respira de su boca no sale humo, sino cristales pequeñitos,
parecidos a rubís-dijo asombrado Grown
Cuando
me fije me quede sorprendido de la hermosura de ese dragón, no se puede
describir con palabras.
-Voy a
bajar-digo-quiero que si algo sale mal huyáis-digo bajándome de la roca para
entrar a donde está el dragón, pero Kayla me agarra del brazo
-Yo bajo
contigo-me dice-no pienso dejar que bajes solo
-tú te
quedas ahí-la respondo
Luego
cojo su mano con delicadeza y la pongo
sobre la roca.
-Prométeme
que si me pasa algo huiras-digo con voz serena
-No te
puedo prometer eso-me responde.
Yo me
giró y bajo hacia donde el dragón.
Lance
una última mirada hacia donde estaban Grown y Kayla.
(Espero poder volver a hablar
con ellos)
Baje
por las rocas, era algo empinado el terreno pero tuve cuidado de no caerme.
Cuando
llegue frente al dragón, este abrió uno
de sus grandes ojos dorados. Me miro
extrañado, quizás por el hecho de que poca gente le visitaba.
El
Dragón se fue levantando poco a poco, cuando termino de levantarse, yo solo era
como una simple hormiga para él.
-¿Quién
eres joven ingenuo?-dijo el dragón con una voz grave y fuerte que hizo vibrar
toda la cueva.
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Cuando
el dragón hablo me quede petrificada, cada vez estaba más preocupada por
Rowland.
-Mi
nombre es Rowland, quiero que me dejes pasar a la montaña de los lobos –dijo Rowland
al dragón
El
dragón rio fuertemente.
-¿Y
crees que te voy a dejar pasar?-dijo mientras se reía
El
dragón acercó su enorme cabeza hacia Rowland, le miró fijamente por unos
segundos.
Rowland
sorprendentemente permaneció quieto, impasible, no mostraba ninguna muestra de
miedo o pánico.
De
pronto el dragón alzo su zarpa y lanzo a Rowland contra una de las paredes de
la cueva. El golpe fue tal que Rowland era incapaz de levantarse.
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Caí al
suelo derrotado, el golpe del zarpazo me dejo seco, apenas me podía mover, me
dolía todo el cuerpo como si me hubieran dado una paliza y me hubieran dejado
allí, medio muerto.
“venga
Rowland, tienes que levantarte” pensé animando a mí mismo.
Conseguí
levantarme, empuñando mi espada, pero el dragón que caminaba ahora hacia mí me
volvió a derribar con otro zarpazo, ya no podía, el dragón se acercaba
dispuesto a cerrarme los ojos por última
vez y yo no podía hacer nada.
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No
podía más, baje rápido por el terreno empinado de rocas, me caí mientras bajaba
pero no me importo me levante y me plante frente al dragón antes de que acabara
con Rowland.
-No,
por favor, no lo hagas-dije con los ojos llenos de lágrimas
Caí al
suelo de rodillas, frente al dragón.
-N-no…lo
hagas…por favor…-dije casi sin voz.
El
dragón bajo su zarpa y me miró, de pronto note como me cogía y me subía a su
regazo, después salió volando de la cueva, hacia el hermoso cielo azul, yo al
principio tenía pánico, me agarre a su gran cuello fuertemente, pero luego
tenía ganas de gritar de alegría; estaba volando sobre un dragón, pocas
personas podían decir eso.
Alce
mis manos y grite mientras volábamos, de pronto el pelaje del dragón empezó a
cambiar, ahora se volvía blanco diamante, seguía teniendo ese brillo pero ahora
era blanco, sus zarpas se volvieron como el cristal, parecidas al diamante. Era
maravilloso eso.
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Cuando
vi como el dragón se llevaba a Kayla no
pude hacer nada, ni siquiera podía moverme. Grown bajo a ayudarme y me pude
levantar con su ayuda.
-¿Por
qué la has dejado bajar?-le pregunté
-No me
dio tiempo hacer nada, bajo sin avisar…-dijo él algo arrepentido.
-¿Dónde
crees que se la habrá llevado?-me preguntó Grown
Iba a
responder pero entonces el gran dragón entro a la cueva con Kayla sobre su
lomo, ella bajo corriendo del lomo y me abrazó fuertemente, yo la abrace
también.
-¿Qué
te ha hecho?-la pregunte preocupado-¿estás bien?-la dije
-Estoy
más que bien, ha sido increíble-dijo ella feliz
Me
fije en el dragón, ahora era blanco diamante, era igual de hermoso, pero se
notaba que no era tan siniestro, como si se hubiera liberado de algo.
-Siento
haberte golpeado-dijo el dragón-pero ahora soy libre de esa maldición gracias a
ella…su bondad me ha liberado…-dijo él
Yo le
mire extrañado, pero luego sonreí.
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Estaba
tan feliz de volver a ver a Rowland, cuando me cogió el dragón creí que no
viviría para contarlo pero me equivoque.
-Me ha
dicho que nos llevara al territorio de los elfos oscuros-dije a Rowland y a
Grown-así no tendremos que pasar por esas montañas.
Tras
mis palabras los tres montamos en el dragón que nos llevó más allá de esas
montañas, hablamos durante el vuelo alegremente, el dragón nos contó su
historia y nosotros a él la nuestra. A la hora de la despedida me dijo que
siempre que quisiera yo, estaría dispuesto ayudarme. Luego marchó a ver el mundo
después de años dentro de una cueva.
Nosotros
nos encaminamos a encontrar a los asesinos del abuelo de Rowland.