4. Descubriendo y aprendiendo
Habíamos
salido hace unas horas de la aldea de Grown. Rowland y Grown iban hablando por
adelante y yo iba más despacio por atrás, desde que salimos no habíamos visto ninguna criatura, lo cual me
extrañaba, ya que el bosque estaba muy
tranquilo… demasiado. Me acerque más a Rowland y Grown, por si acaso.
-¿No sentís
como si nos observaran? -Pregunte a Rowland y a Grown
Rowland
me tapó la boca y me susurró que no hablara. Supuse que el también llevaba
desde hace tiempo alerta.
Pegue
un brinco cuando Rowland saco su espada, me dijo que me tranquilizara y que no
me moviera.
-Hay
alguien entre los árboles, esperad aquí-Dijo Rowland entre susurros Después
desapareció entre la maleza.
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Sabía
que había alguien ahí dentro e iba a averiguar quién. Me escondí y me deslice
entre la maleza como las sombras, estaba ya apunto de rendirme cuando vi a un
humano regordete y bajito espiando a Grown y a Kayla detrás de un árbol. Me
puse detrás de él y le puse la espada delante de su cuello, le obligue a
caminar sin decir palabra.
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Al
cabo de un rato salió de entre la
maleza un humano rechonchete y bajito
con una espada apresándole el cuello, sostenida por Rowland.
-Esta
es la causa de nuestra inquietud -nos informó Rowland
- Por
favor no me hagáis daño, simplemente me han mandado para espiaros, no sería
capaz de hacer daño a nadie- Suplicó aquel señor
La verdad tenía sentido lo que decía, no
parecía un mal tipo.
-
Tranquilo se nota a la legua que no venías a matar, pero necesitamos saber quién
te envía- Dijo Rowland como leyéndome la mente-
Rowland guardó la espada y el humano se
tranquilizó.
-Me
llamó Olim y vivo en uno de los pueblos de las Sílfides, trabajo para la
princesa Kher, ella me envió porque os vio venir y quería saber que os traía
por aquí.
Rowland
y Grown se miraron y yo no sabía que decir; me caí al suelo, ¿sílfides?, ¿qué
querían que me diera un infarto? Rowland me ayudo a levantarme.
-Viene
del mundo de allí fuera y no está familiarizada con esto -informó Grown a Olim,
ya que ahora llevaba otra ropa más acordé, ropa élfica, y no se notaba que
venía de otro mundo.
-Lo
siento…lo siento mucho, todavía me tengo que acostumbrar a todo esto.
-Lo
que no sabíamos es que hubiera un pueblo de sílfides aquí cerca, creíamos que
el próximo pueblo era el de las hadas del agua- Dijo Rowland
-Tenéis
que conseguir un mapa completo, son pocos los que hay y mucha gente lucha por
ellos debido a los poderes que tienen, y estáis de suerte, esta semana se
celebra un combate y el premio es uno de esos mapas.
-¿Enserio?,
pues podemos pasar la semana en vuestra aldea y el día del combate Rowland
puede luchar por el mapa- Comente yo
-sí, es una buena idea- afirmó Rowland
-Pero
no va a poder ser que Rowland se inscriba, es un hombre, solo se aceptan
mujeres al combate…tendría que ser ella -Informo mirándome a mi
Todos
se volvieron a mirarme como depositando toda su confianza en mí.
-Pero…pero
yo no sé combatir, nunca en mi vida he peleado…no puedo… -Me queje
- No
puedes, pero podrás… si, te enseñaré yo- dijo Rowland
-¡¿Cómo?
¿Estás loco?!, no aprenderé ni en cien años, las sílfides son profesionales y
yo una patosa que no sabe, ellas solo tienen que repasar lo aprendido y yo aprender desde cero. ¡No!,
no lo haré –dije decisivamente
De repente me arrepentí de todo lo que había
dicho, a Rowland se le quitó el brillo
que siempre tenía en los ojos, ese brillo que los hacía tan especiales, se
sentó en una piedra casi sin fuerza, su abuelo era la única persona que le
había apoyado y de verdad quería vengarse de los asesinos.
-Bueno,
gracias Olim, pero nos volvemos para casa… si es lo mejor, tiene razón Kayla es
mejor no hacer eso, es peligroso- Dijo Rowland resignado empezando a andar de
vuelta.
No
podía hacerle esto, “¿no querías una aventura Kayla?, pues ahí la tienes,
delante de tus narices”. Agarré a Rowland del brazo.
-¡Espera!,
está bien… enséñame a pelear para que pueda conseguir ese mapa. Rowland se
giró, se volvió a encender el brillo de sus
ojos, me sonrió y me abrazo como si me fuera a morir.
-No
puedo… respirar -le dije
-Lo
siento, pero me he emocionado tanto…nunca olvidaré lo que vas a hacer por
mi…nunca.
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Íbamos
de camino a la aldea de las sílfides guiados por Olim, Kayla iba arriesgarse
por ayudarme, estaba feliz de tener
amigos y que serían unos amigos tan amables, no estaba acostumbrado a ese trato
tan amable y que no proviniera del abuelo así que mis reacciones eran muy
exageradas, ese mismo día a la hora de comer Grown me ofreció su comida y casi
le mato al cogerle y abrazarlo, tenía que aprender a controlar mis emociones.
Iba
caminando por detrás de todos, reflexionando sobre lo ocurrido, era de día así
que no veía peligro y decidí ponerme el último, mire a Kayla hablando contenta
con Olim y Grown, “¿y si la pasaba algo por mi culpa?” “nunca me lo
perdonaría”; era tan diferente a las mujeres elfas, las elfas ponen su imagen
por encima de la amistad o la familia, en cambio Kayla no. La verdad Kayla me
gustaba pero tenía miedo a que al decírselo se enfadara, no sabía cómo actuar
en estas situaciones.
-Rowland,
¿te pasa algo? -pregunto Kayla
-No…
estoy bien -la respondí
Me acerque hacía ellos y escuche lo que Olim les decía sobre las sílfides.
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Por el
camino Olim nos había hablado de las sílfides, nos había contado que se
parecían a las humanas pero con rasgos más delicados, nos dijo que eran
amigables y nunca tenían malas intenciones; que eran poderosas en el vuelo y en
el control del aire. Yo estaba deseando verlas, ver un hada no lo consigue
mucha gente.
Rowland
había estado ausente durante el camino, escuchaba la conversación pero no
tomaba partido en ella. Le pasaba algo, pero no me lo iba a contar así que me tendría
que conformar con intentar descubrir el motivo de sus pensamientos.
Llegamos
a una gran puerta hecha de un material parecido a la porcelana, que no pude
identificar, a la puerta le seguía un túnel de cristal con grabados de animales
y flores. Olim saco un colgante con una llave de cristal y la introdujo en la
cerradura, en cuanto la giro la puerta se abrió automáticamente y entramos en
el túnel, el túnel lo habían hecho para poder pasar entre la vegetación.
El
túnel no era largo así que llegamos enseguida al final del túnel, allí había
otra puerta más pequeña, cuando Olim la abrió quedo al descubierto un paisaje
de película en el que se veía ríos, casas, cataratas y sílfides volando. Bajamos hacia el centro, de aquella
maravillosa ciudad, por un camino hecho por mosaicos y rodeado de vegetación;
al final del camino se habría una plaza llena de árboles y flores, en la que
había una fuente, el agua de la fuente salía de una jarra que llevaba la que
parecía ser la diosa de las flores. La plaza salía en tres caminos; uno
daba a un bosque, el segundo hacía el
resto de la ciudad y el último hacia un apartado decorado en el que había un
banco para sentarse, pero no era un banco cualquiera, era de cristal, adornado
y decorado.
-Es
para los enamorados- me susurró Olim
Si, lo
debía haber imaginado, era un lugar apartado y con un solo banco, estaba
clarísimo; de repente, y no sé por qué pensé en Rowland.
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Había
visto cosas maravillosas en mi vida durante el aprendizaje con el abuelo, pero
lo que vimos al entrar en la ciudad sílfide
superaba a todas, nos quedamos maravillados y sin saber que decir. Íbamos hacia
el prado de la princesa Kher, donde, según Olim, estaría la princesa. Al ser
extranjeros en aquellas tierras tendríamos que pedirla permiso para participar
en la competición.
Llegamos
al prado, en el que había ardillas y pájaros correteando sobre las flores y la
tierna hierba, vi también un lago adornado con nenúfares y flores, ¡aquello era
maravilloso!
-Me
dan ganas de correr, tumbarme en la hierba y dar vueltas sobre ellas -dijo
Kayla entusiasmada
-Si tú lo haces yo voy con tigo -le informó
Grown
De
repente los dos estaban corriendo por el prado y dando vueltas sobre la hierba.
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Grown
y yo empezamos a rodar en la hierba, gritando y riéndonos, nunca me había
divertido más en mi vida.
-¡Bienvenidos!
, bienvenidos a Karhal -se oyó decir a
una voz
Al oír
la voz mire hacia arriba, ¡no podía ser!, era Kher y yo estaba tumbada en su
jardín; me levanté y me puse bien el pelo y la ropa. Grown se levantó después
que yo y los dos nos pusimos al lado de Rowland.
-Tranquilos,
yo misma he rodado por este césped un
montón de veces -dijo Kher
Al oír
eso me quede aliviada, la verdad es que en el momento que vi a Kher me sentí
avergonzada, y sus palabras me aliviaron.
-Princesa,
estos son Rowland, Kayla y Grown -dijo Olim mientras nos señalaba uno por uno
Rowland
se acercó a saludar a Kher.
-Encantada
Rowland, debes ser un gran elfo, un placer.
-Un
placer también.
Todos
saludamos a la princesa y la pedimos permiso para participar en la competición,
Kher nos dio permiso y nos dejó una casa en la que permanecer.
A la
mañana siguiente Rowland empezó con mi aprendizaje, me enseño los tipos de armas
y las probé todas, después de haberlas probado me di cuenta que las cimitarras
eran las que me correspondían. Me enseño a bloquear algunos ataques y a lanzar
algunos golpes. Iniciamos un combate entre él y yo pero después del segundo
ataque ya me había vencido, me quedaba mucho que aprender.
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Kayla
aprendía rápido y al tercer día ya bloqueaba todos mis ataques. Conocía algunos
ataques pero tendría que enseñarle ataques más poderosos si queríamos ese mapa.
La
enseñe a manejar las cimitarras como a un experto, le enseñe todos los
ataques que sabía, el día de la
competición ya estaba preparada.
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